Vida, garza morena,
tan blanca a veces,
tan negra luego,
tan llena de rumores y silencios,
de cantos y de llantos.
Vida que vas pasando por mis venas
como un río secreto,
con tus aguas amargas y salobres
y tus aguas azules y serenas.
Vida, que a veces eres
como un jardín cerrado
y otras como un desierto sin palmeras.
¡Oh vida, vida mía, vida ajena,
tan dulce a ratos, tan amarga siempre!
¿Por qué no me detienes en tu curso
cuando pasas por mí clara y risueña?
Juana de Ibarbourou
