Perdida estoy,
desgarrada entre pensamientos que muerden,
amores que me arrancan la piel,
y sombras que saben mi nombre.
Fatigada, sí…
del alma que sangra silencios,
del corazón que late como tambor de guerra
cuando ya no hay batallas que pelear.
Laberinto de condiciones,
de espejos que me devuelven rostros ajenos,
de salidas que ríen cuando corro hacia ellas.
Atrapada en medio de ti,
bestia de muros invisibles,
me tragas como un abismo con hambre antigua.
Tu aliento roza mi nuca,
tu eco se mezcla con mi pulso.
Rueda amarga de promesas rotas,
de silencios que muerden la carne.
Doy vueltas y vueltas
como si la locura fuera un carrusel sin fin.
Entre mi cielo que arde
y mi infierno que supura,
camino descalza sobre el filo de mi propio grito.
Sin salida, sin consuelo,
solo tú…
respirando sobre mi cuello.
Pinky A
